Extraído de subamosaltren.blogspot.com.ar
La sombra de mi alma
La sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.
¡La sombra de mi alma!
He llegado a la línea donde cesa
la nostalgia,
y la gota de llanto se transforma
alabastro de espíritu.
la nostalgia,
y la gota de llanto se transforma
alabastro de espíritu.
(¡La sombra de mi alma!)
El copo del dolor
se acaba,
pero queda la razón y la sustancia
de mi viejo mediodía de labios,
de mi viejo mediodía
de miradas.
se acaba,
pero queda la razón y la sustancia
de mi viejo mediodía de labios,
de mi viejo mediodía
de miradas.
Un turbio laberinto
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión casi marchita.
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión casi marchita.
¡La sombra de mi alma!
Y una alucinación
me ordeña las miradas.
Veo la palabra amor
desmoronada.
me ordeña las miradas.
Veo la palabra amor
desmoronada.
¡Ruiseñor mío!
¡Ruiseñor!
¿Aún cantas?
¡Ruiseñor!
¿Aún cantas?
Federico García Lorca
A la Flupy o
¡a la flauta!…
La
niña de la sonrisa que pinta de colores la vida
tiene los dientes pulcros como su esperanza
y justo en el centro de su estrella,
nace chispeante la mirada.
Desde sus entrañas,
viaja la plenitud que asoma en la
casa del espíritu,
así, como en su cuerpo, descubre la
fortaleza
y lo expresa la convicción de cada
paso.
y no se asombra de su vuelo,
tampoco, a ella le inquieta
el candor que delata.
La
mujer de cabellos sueltos
reacomoda esa melena.
Entonces, como flor,
perfuma el aire.
Perezcuper ( extraído de "Tratado del viento")
“Mentir, también, es Violencia” *Adjudicado al “Indio” Solari de “Patricio Rey y Los redonditos de
ricota”
El “submundo” paraliza,
anestesia, arranca la angustia de adentro para dejar que se esparza sobre la
piel, en todo el cuerpo.
Ahí está latente, la vida
y la muerte en cada instante que se derrumba, para “teñirse del color de la
violencia”.
Las “barras” que dominan
territorios, roban, se golpean brutalmente y matan. Los “narcos” se acribillan
para vender veneno. Los mafiosos “están aromatizados” de “la muerte”. Los
“chorros”de los pobres y los otros, muy “corbatas”, dejan sus “huellas” en cada
esperanza.
Los “muchachos” de la
esquina, desafiantes fumando un “churro” y las chicas aún sin vergüenza,
haciéndoles “el aguante”. Las primeras horas de oscuridad pueden marcar una
frontera. Los convierte en invisibles fantasmas que dejan el olor a “fumo” en
la vereda.
El diálogo de una mujer
con su “pareja” en la parada del “bondi”, preguntando:
-¿a quien vamos a “afanar” hoy?
La “verdulería” que está
abierta toda la noche como si lo que vende es fruta. Para algunos “entendidos”
vende “frula”. “La mandanga” (suena más actualizada) o de “frente mar”: vende
“merca”. Tal vez, “reduce” lo “afanado”
Los crímenes de “todos
los días” que se lleva una mujer (o varias) que por las dudas siempre es o son
personas de bien.
Las calles muestran que el suburbio tiene sus
códigos que, recurrentemente, cambian para ser “poblados” de una “suerte” de
“basura” que nadie (quiere o) puede recoger.
El laburante “pierde” su
mochila con “vianda” incluida o sus zapatillas. Delante de él, tiene un “chico”
con un revolver en la mano exigiéndole más.
La “yuta” es dueña de un
“porcentual de ganancia”, los “superiores” –se dice- tienen el rubro
“autopartista” y “zonas francas”.
Los “barrenderos” son
personajes que alguna vez fueron vistos en “videos callejeros” de mala calidad
pero según los funcionarios municipales, “tienen que cobrarse los impuestos por
el servicio”, que se confirma con el papel de todos los bimestres o trimestres.
Como si para “papeles dibujados” no fuéramos todos unos “expertos”.
Los “reclamos bien
organizados” son los que se programan con “permiso”.
Por lo tanto, el
“transito” (nombre “abstracto” que se le da al
posible “andante”) será desviado por “el piquete” a la hora “pico” por
la ruta o las calles que están “cortadas”. El “puntero político” impone ciertas
“reglas” a cambio de “mejorar la calidad de su propia vida”.
En el asfalto siempre
“hay uno más loco que otro”. La pobreza se acomoda en los carros de los “cirujas”.
En la mente del
“omnipotente”, con seguridad, puede pergeñarse “el país de lo posible”.
Abunda, de las
madres-niñas, de los hijos abandonados o hambrientos, de la deshonra y el
abuso. De todo lo que “machuca” profundamente, sin misericordia. De “viviendas
precarias” que se reproducen con “hijos desnutridos” y duelen tanto como lo que
deja “la plaga” más olorosa. La “miseria”, más inhumana.
Los “pecados y los
pecadores” tendrán su minuto de fama por algunos “queridos medios de
comunicación masiva” que “deben” vender el “morbo” de cada día y que tienen
impregnado ese “crimen” repugnante. Pues *”realzar el morbo de un delito es más
delito que el delito mismo”. Luego, se autodefinen de “realistas”.
-¿Alguna noticia que redunde en una sonrisa?
-Jamás.
-¿Algo que tenga un contenido para “formar”? ¿Qué es eso?
Solo un “deber” y una
máxima del periodista “¿y? ¿lustrado?” que nunca llegará a concretar pues “su
objetiva prensa independiente” está “¿amordazada?” o ¿tal vez, no es
coincidente con “la política de nuestra empresa editorial”?.
Aquí estaremos los que
esperamos que haya más trabajo. Mientras, nadie se pone de acuerdo en nada. No
hay “formula” para la convivencia. Todo tiene la misma posibilidad de ser transgredido,
ultrajado “con violencia y total impunidad”. Por supuesto, no son “las bases”,
principalmente, “son los de arriba”. Hoy prometen y mañana no están -previo paso por “caja”- porque hicieron lo
que ¿“nos merecemos”?.
Cualquiera tiene la
mínima audacia para declarar que “te pago cuando quiero” o imitando lo que en
“el manual del especulador”, dice: “la
ganancia siempre es mía”.
Sin embargo, “el poeta es
capaz de sacar belleza hasta de la alcantarilla…” (Ahí, está el mejor así calificado:
“Ch. Bukowiski”, alias, “el Pity” criollo, “exacerbado”).
Extraído de “El
hombre que está solo y espera” (Raúl Scalabrini Ortiz).
De todos los fuegos... ( extraído de "Tratado del viento" nota escrita en el año 2002)
Se abre:
Se abre la boca del espanto,
al saber que resbala el tiempo para lastimarse, definitivamente.
Un ruido de crujir los huesos partidos,
se sobrepone a cualquier intento de olvidar.
Desde la calma y la armonía de un lapso, previo al “momento feliz”,
camina sigilosamente, la duda, lo incierto y la tragedia.
Pues lo impredecible, aquello que anula lo obvio,
ya tiene un espacio en la escena, aunque muchas veces, relaciona “el
tiempo vivido”.
Es la ventana de lo inconstante e ignorado,
que tiene la luz encendida para dejar que nazca y golpee en el cuerpo,
la presencia del asombro.
Pero al batir tan fuerte lo que sostiene el instinto,
supone lo que vendrá, sin conocer la muerte, todavía.
Entonces, la razón va desanudando
cada ínfimo acontecimiento para explicar el “sin sentido” y evitarlo.
Sin embargo, aún con “el apoyo de la razón”,
se estrechan los sentidos y la palabra divaga.
De todos los fuegos... ( extraído de "Tratado del viento")
Y…así vuelvo, con un poco de erotismo para fogonear…
He vuelto para desparramar
tus cabellos y que suelten en el aire, eso que sale de ti, que todo lo
embriaga.
He vuelto para
acariciar tus facciones, o las mejillas que se ruborizan, o “el lóbulo
magnifico de tu oreja” -como ya te dije- justo allí, donde se mezclan y se esconden
“los perfumes secretos”, los más afrodisíacos. (Y eso… que recién empiezo).
He vuelto para besarte
y que mis labios absorban cada parte dulce de tu boca, sin restricciones. Para
sentirte plena, para atragantarme de tu sed y de tu lengua. De tu aliento a
hembra soñada.
Intento hacer el más
breve camino que me acerque a tu lujuria desmedida.
Entonces, vuelvo otra
vez y me revuelvo, para manipular tus formas con pasión o sutileza, inventando
el pasaje más rápido que me deje frente a ese suspiro inigualable. Ese, que
transporta el estertor imprescindible, el que toma vuelo con el maravilloso
sonido de un gemido y que deja a la vez, impregnado en tu rostro, “la mueca de
dolor y de placer”.
Siénteme que he vuelto,
por que intento desbordarte, por que tú me desbordas.
Estoy nuevamente aquí,
a tu lado, desnudo, para entregarme, para refregarte con mi cuerpo de todas las
formas posibles y pienso e intento hacerlo con absoluta destreza.
Para que sepas que mi
cuerpo ya es el tuyo y puedas animarte a deshacerlo o a componerlo de caricias.
Él, está disponible con su viril extremidad en su máximo esplendor -capaz de
cumplir con su deber- para empezar a moldear, o a sentir tu cavidad llena de
misterios, húmeda y suave. La cavidad tibia más preciada -la del secreto de la
vida- la de aromas, la de profunda oscuridad. Aquí está mi cuerpo con su música
a punto de zozobrar. Voy con las manos sueltas que te recorren sin
mezquindades, con la gratitud que entiende de tu suavidad inagotable.
No hay respiro para
nuestro juego amoroso, pues, lo que trae tu aroma, se realimenta con lo que le
dejan mis besos y se contrae mi cuerpo, con lo que me dejan tus manos.
No se han secado mis labios y mi lengua peregrina,
siempre, encuentra todos tus relieves en actitud de vibrar como una cuerda. A
la vista, el abismo de tu escote, allí arriba, tus pezones, extremos eréctiles
de tetas bondadosas con que se llena mi boca.
Si es posible, nada
que se escape a mi avidez, y me detengo en el “botón del milagro”, el mínimo
pistilo de tu flor -la erógena flor- que recoge mi saliva, la caricia de mis
dedos, de mi lengua, su sabor.
El mundo se hace una
abstracción, ya no hay mas latidos tan fuertes como los nuestros. A uno de tus
gemidos, se sobrepone la suavidad de otra caricia húmeda.
Deja que tus labios no
se frenen, que se esmeren en seguir tocando cada ínfimo lugar que compone mi
perfil. Deja que tus labios y esa lengua inquieta cumplan con su ritual de
baba, sobre ese miembro proporcionado, tierno y poderoso, tu humedad que
transforma mi piel en una superficie que escurre un eléctrico cosquilleo. Sonrisa
del cuerpo en cada lugar humedecido.
Estoy dentro de ti y me
abrazo para que no te escapes, y me abrazas para continuar rodeándome con tus
labios, con el cáliz de tu sexo. Me absorbes. Siento con el ritmo, que se
aproximan tus sofocados suspiros, tibios efluvios que te estrechan, máxima
contracción que nos somete a estremecimiento y creo que estoy desfalleciendo
con una sonrisa, por que se dispara de mí, el propio líquido que queda
encerrado en ti para amalgamarse.
Una cascada de risa nos
rodea y siento tu liviandad, estas casi exhausta, premio de compartir amor.
Llegó desde adentro, esto que me subleva y es tu energía que hizo su lugar en
mí. Un orgasmo fundamental.
Son tus besos de ¡tanta
hospitalidad! que ya no te ofrezco ninguna resistencia.
Luego, te escucho decir:
–Cogéme otra vez. Soy toda tuya –no hay palabras más hermosas que
empujan mi apasionada animalidad y esa cercanía a lo animal, la celebración de
lo erótico, es lo que hace que tengamos una forma extraordinaria de producir
algo sublime.
Octaedro
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