Perezcuper
El latido más fuerte
Desde que la ciudad
deja en los ruidos, tanta malicia,
Cada tanto, por las noches,
escucho resonar
mis pasos en la vereda
y es lo que me da la sensación
de que no estoy flotando.
Cada tanto, rebota el cuerpo
con otros cuerpos
y tomo el rebote,
como algo que se acerca
a una caricia.
A veces, el cemento
es la cama grande, donde duerme
casi todo lo que duele.
Pero así también, sin dolor,
me sangra alguna canción.
Así, respiro en la música,
y voy componiendo
otra parte de la vida.
Debe ser, que se escucha
el latido más fuerte
de esta melodía.
Salgo a buscar
con los ojos bien abiertos,
eso que te nombra.
Y ¿que me encuentro?
pisoteando la basura
que nadie retira.
¡Ahí estas! mejorando todo
con una sonrisa.
Debe ser, que se escucha
el latido más fuerte
de esta melodía.
Me gusta que el color
de un amanecer te sorprenda,
abrazándote de a poco,
y esa luz te acompañe,
cuando se abran
las ramas de tus ojos.
Debe ser, que se escucha
el latido más fuerte
de esta melodía.
De todos los fuegos...
Vida en pánico
¿Cuándo llegará el fin?
Estoy aquí sentada, no hay gente
alrededor, pero no sé cuánto va a durar.
La mente es extraña y cada mente
es única. Podemos encontrar ciertas coincidencias pero nada más.
Uno desea explicar lo que le
pasa, pero no se puede. Cuando lo hace lo miran como marciano y lo invaden de
preguntas: pero ¿vos que sentís? pero ¿como puede ser? pero ¿te pasa solamente
ahí? pero y ¿cómo salís? ¿consultaste? ¿tomás medicamentos? y así en una lista
infinita, son tantas y tan variadas que uno se siente peor de lo que estaba.
Finalmente la respuesta para
cerrar el bombardeo es:
-Mirá, solamente lo entiende a
quien le está pasando, siento que me voy a morir, el aire no entra a mis
pulmones, no soporto el lugar, ni la gente, puede pasar al aire libre o en un
lugar cerrado, tomo medicamentos, hago terapia, pero eso solo mitiga.
Y así es, eso es el maldito
ataque de pánico, pero como a todo lo malo hay que buscarle algo bueno, podemos
decir que es la excusa perfecta para no ir a donde no queremos. Ayuda a
lograr una práctica de autocontrol de nuestra mente y de nuestro cuerpo para
poder ir afrontando las situaciones traumáticas y más serias aún y sin ser
vanidosos ayuda a sentirnos orgullosos de nosotros mismos, porque cada vez que
vamos a esos lugares "prohibidos" por nuestras mentes o hacemos ese
"algo" que no podemos hacer, es una nueva batalla ganada y en verdad,
deberían darnos una medalla.
Por eso si padeces de pánico no
estás solo/a, somos muchos, somos valientes, sobrevivientes de cada situación,
yo hace muchos años que sobrevivo y acá estoy y si sos alguien que conoce una
persona que sufre de ataque de pánico no trates de bombardearlo a preguntas,
simplemente aliéntalo, elógialo por el logro que tuvo, esa es la mejor y más
grata manera de ayudarnos.
No somos ni locos ni marcianos,
no somos violentos, no contagiamos, no somos bichos raros, simplemente sufrimos
del desgraciado ¡ataque de pánico!! (Pueden reemplazar el desgraciado por otras
palabras).
De buena fibra
¡ Búscame!
Ama con todo tu corazón,
y cuando un amor
Destroce tu corazón.
Debes saber que otro amor
sanará tus heridas.
No dejes que manejen tu vida
Porque la libertad consiste
En que tu seas dueño de tus ideas
De tu destino, de tus sueños.
El único sueño que debes cumplir
Es el tuyo.
Pon las manos en el corazón
Y escúchalo y sigue su consejo
Sé libre como los pájaros
Suelta tus alas
Y cuando veas que soy yo
Tu único amor búscame
Yo estaré contigo,
amándote como siempre.
Liliana Gonzalez
Hay una herida
Hay una herida difícil de quitar, una herida que abarca el
cuerpo, el alma, la mente, que se manifiesta en cada órgano, en cada centímetro
de piel tocada sin consentimiento.
Una herida que acompaña y marca el momento en que ocurrió
aquello que no se desea.
Una herida que se comparte en silencio entre aquellos que la
llevan.
Que marca los límites de lo posible e imposible para amar.
Que se manifiesta en aquél momento en que solamente se desea
gozar.
Que acompaña persistentemente sin querer cicatrizar.
¿Pero llegará el momento en que esa herida deje ya de
molestar?
¿Pero será posible que ese momento exista?
Y si, al final llega, llega de la mano de aquel que toca sin
lastimar, que acaricia con amor, que ama sin forzar, que respeta nuestras
decisiones de dejarnos amar, que entiende el dolor de esa herida tan profunda y
desea curar con amor.
Solamente cuando nos entregamos al verdadero amor sabremos
que eso fue el pasado, un pasado del cual no tuvimos culpa, maldito momento no
buscado ni deseado, con un único actor y autor que nos desvalorizó y nos hundió
en la desolación.
Pero llega el momento en el que el deseo que revertirá la
situación se hace posible y es el momento en el que el gozo es nuestra propia
decisión.
De buena fibra
“El país de lo posible”:
Un viaje “al confín del mundo” para
encontrarte, para que la contemplación se haga un ritual de asombro y de larga
exhalación. Dejar de pertenecer “a la alfombra de cemento humeante” para que
uno pueda encumbrarse en “las divinidades” que dejó acumular la naturaleza para
empequeñecernos.
Tomar la
posición del que abraza definitivamente *“el espíritu de la tierra” contenida
en la brisa, te desparrame los cabellos y te largue en un vuelo donde el
vértigo se convierte en sonrisa leve.
Ahí, es donde se encuentra “el país de lo
posible”. Ahí, es donde navega el pensamiento para acomodarse en la idea de
pertenencia.
Sí tan mal no
recuerdo, era el maestro Arturo Jauretche quien nos advertía de “los
convencionalismos” que se adoptan en la enseñanza de la geopolítica y por ende
de allí, “dibujan” los planisferios. Y no era por casualidad que estábamos en
el fondo del planeta y tal vez, ahí arriba y en “el ombligo del mundo” está
aquello con que se remarca a los “países dominantes”.
Entonces, en un
cartográfico deslumbramiento fue que pude ver como otros dibujaron “al país de
lo posible” en el centro y ombligo del planeta, solo para contradecir aquello puesto
como “convencionalismo” ya que desde la estratosfera no hay “tal visión” que confirme
esa convención.
Sin más -para
seguir alimentándome de asombro- “el maestro”, pasó a ser (para mi) “Un pilar
de lo nacional que fecundaba ideas de una generación extraordinaria,
perteneciente a una de las épocas de esplendor de la cultura de este pueblo”. Y
no me quedaba en eso sino que, con solo escuchar “su definición” de que: “lo
nacional es todo aquello que trasciende para luego, convertirse en algo universal”
fue calándome tan profundamente y como quien sufre de vértigo, me sumergí en su
“Estatuto del coloniaje” (entre otros libros) para exprimirle algo más que
sentencias y allí, me fui reconciliando con mí alrededor, por que mucho del
estado y la pobreza que sufrimos tenía una explicación más firme.
Decía “el viejo
garañón” que hizo base en “el revisionismo histórico”; “Para que un país sea
dependiente en lo económico, siempre tiene que haber una estructura cultural
que la respalde”. Entonces, resaltaba algo que, él llamó “intelligencia”
y “ese volumen de intelligencia era desenmascarada como una “banda” de
seudo intelectuales mercenarios, cipayos, lame botas que, al servicio del
dinero (que más) se adueñaba de los medios masivos de comunicación y con un
discurso que se hacía dominante, defendían “intereses foráneos”, atentaban
contra “lo nuestro”, es decir “el patrimonio del país”. Así, contra “nuestra
propia soberanía”. Así, contra nuestra identidad. Toda publicación comenzó a
serme sospechosa.
Las nuevas
generaciones, al no tener identidades bien remarcadas suelen disolver la utopía
de luchar por “un lugar más justo”, disuelven lo que les da pertenencia ya que
es muy delicado y frágil.
No es casual,
entonces, que esas generaciones sin identidad emigren pronunciando algo tan
doloroso como “…este es un país de
mierda”o sean exiliadas. O las generaciones que se quedan sean muchas veces
perseguidas y asesinadas, torturadas etc.. Sean enviadas a la guerra o que
llenen las estadísticas de desempleo y las cárceles.
**Nuestras generaciones,
principalmente, en ciudades tan grandes como Buenos Aires, consumen con avidez
el tráfico cultural que “incluye lo de afuera” que la enriquece pero que a la
vez, “se lleva alguna parte de nuestra identidad”.
Por último -advierte “el
francotirador”- que en naciones tan jóvenes como la nuestra, la falta de
identidad la perjudica. “Afirmar la identidad” es una “deuda” que hay que
pagar, sembrando la semilla de la argentinidad. Son las generaciones que se
incorporan las que tienen, también, el “trabajo” de hacerse merecedoras de “un
país mejor” y si no hay conjunción, es decir, “la disposición a participar”,
será por siempre muy difícil, pues con total impunidad, “se llevan hasta
nuestros sueños”. Entender lo que ocurrió puede evitar el tropiezo con
obstáculos venideros. Indagar en lo acaecido y tener en cuenta solo, lo que
escribieron “aquellos que ganaron” significa, “hacer política con la historia”
y no, la lectura de “la historia de la política”.
Sin embargo, nadie debería
adjudicarse una “postura” tan pesimista. Aquí tenemos y dejaremos nuestra
inversión espiritual más importante, la que representan nuestros hijos. La
esperanza nueva.
No es casual
que: **“Las
sociedades, a través de sus gerontocráticos componentes por el poder que los
sostiene con el dinero y la razón -es decir; para preservar el statu quo- son
capaces también, de provocar la muerte del hijo varón”…pufffff. (¿Algo de Don
Arnaldo Raskoski?).
No es difícil
adivinar que hoy sucede algo similar o que la lucha es despareja aún. Que esa
“estructura cultural para la dependencia económica se repite en la mayoría de
los países periféricos, principalmente, los latinoamericanos por ser muy
ricos”.
Que esa intelligencia
sigue siempre, el mismo camino de la traición.
**Sumar
perturbación y efervescencia donde no fecunda la alegría. El llamado de la
sangre que invita a “las almas nuevas” a cubrir con su espíritu, el espacio en
que vaga y permanece la tristeza, de modo tal, que al ahuyentarla salga “el
júbilo” -el de la sonrisa fresca- a rehacer los colores.
*De Raúl Scalabrini Ortiz ** Extraído de “Tratado del viento” pag.
57 y 63 (R. J. Ayala).
Octaedro
¡Qué bella inspiración Cuper!
ResponderEliminarCuando amanece....todo nuestro ser se sublima, así la vida esté sumida en la más patética de las miserias, despierta la esperanza quizás de recomenzar.