"La despedida". Pintura de la artista Remedios Varo (México)
Dejo pasar el tiempo en contemplación, los momentos escurren, se cuadriculan en
un piso que refleja sombras. Se encuentran pensamientos, juegan con mis ideas
de interpretación y el surrealismo que en su pintura expresa Remedios Varo.
Divago y encuentro algún tipo de
coincidencia entre sensaciones y lo que a mi juicio está encriptado entre
símbolos. Interpreto: hallo policromías apasionadas, saturan bloques lineales,
cuadrados como paradigmas insalvables alejando a dos personas que fueron
pareja. Hombre, mujer, se deslizan por callejones diferentes, parten de una
construcción central que imagino una antigua morada, buscan su propia luz lejos
de lo que fueron.
En tanto sus sombras se resisten
a alejarse, siguen estáticas entre un deseo congelado y la no aceptación de su
esencia: ella dominante, él recesivo. En un suelo adoquinado, allí quedan
plasmada la parte que cuenta una historia dentro de otra.
Esos que se bebían el aliento, no
pudieron soportar el secreto de su personalidad surrealista porque la realidad
exige otra cosa. Me siento el gato que observa siempre en silencio, ajeno a los
sujetos, conoce los vahos de su aliento.
“Insomnio” Pintura de la artista Remedios Varo (México)
La vista, el sentido que enlaza
el mundo bidimensional con el pensamiento, encargado de captar la imagen,
procesarla e interpretarla de acuerdo con lo aprendido. La visión no descansa,
deambula a través de la casa, pasea desde su alejado recinto oscuro donde aún
cerrando los ojos, ve, porque la mente está atenta.
Ni visión ni mente se pierden en
el reposo del sueño. Flotan símbolos etéreos que atraídos por la vigilia
reflejan destellos de conciencia. El insomnio muestra su internalización suave,
creativa, manifiesta movimientos ingrávidos, libres que atraviesan un mundo
situado, delimitado entre paredes, puertas, habitaciones.
El pensamiento alerta se
convierte en mariposas perdidas que entrando por la ventana del surrealismo
confluyen con miradas vidriosas de cansancio en ese pequeño espacio donde la
razón como una vela prendida brilla con movimientos fantasmales. El insomnio
muestra un rostro amable, define esa danza donde el sueño se entretiene entre
imágenes de resignada abstinencia y la vigilia revolotea con aletargada
necesidad de dormir. Imagino un dulce baile entre sopor y viveza.
Ambas interpretaciones realizadas por Sikita
Madre:
Ya te observo como un río,
salpicando vida,
cualquier horizonte,
dejando a la intemperie
tu sabiduría.
Ya te observo como un río,
reclinada sobre el caudal
que empuja,
que trabaja el fondo
y la orilla,
demostrando que el color
puede sufrir el reflejo,
y que sumada a tu bondad,
nos premia con la imagen
de la altura en su espejo.
Ya te observo como un río,
entreverada con el rumor
de todas las criaturas,
sembrando risas de espumas,
y al viento de milagros,
esparciendo
el sabor del barro.
Ya te observo como un río,
con esa franca promesa de vida
en tu lecho,
que se distingue
cuando se revuelve,
pues tu movimiento
exige a cada instante,
se grave en el recuerdo.
De todos los fuegos...
Y acá estoy, viviendo la vida, contando mi historia, preguntándome que
más me faltó, sintiéndome feliz por momentos y en otros, triste. Buscando el
equilibrio que a veces no encuentro.
Y acá estoy, llena de preguntas sin respuestas, tratando a veces de
consolar mi propio dolor, ese dolor que trato de dejar pero que de a ratos
aparece y lastima. Dejo atrás el pasado pero siento que el pasado no me
puede dejar y decide volver, vuelve en otros hechos distintos pero que se hacen
recuerdo de lo que ya fue.
Y acá estoy, y me complace seguir de pie y los momentos tristes están,
nunca se irán pero sigo luchando contra ellos, seguiré hasta el final y sé que,
llegara el día en que todo cambiará. Es lo que busco, ese cambio que
definitivamente logre que mi alma tenga paz, que mi rostro tenga la sonrisa
eterna.
Y acá estoy, haciéndome preguntas sin respuestas, buscando explicación
a las cosas ¿Porqué me pasó a mí? ¿Cómo pueden los padres dejar de relacionarse
con sus hijos? ¿Porqué si la vida es linda a veces parece tan dura? ¿Cómo se
puede fingir lo que no se siente? ¿Porqué el amor duele cuando no se siente
reciproco?
Y la respuesta parece ser una y única, es la vida, la vida que llena de
experiencias, la vida que enseña con el dolor, la misma vida que nos da
las alegrías y que en definitiva buena o mala, dolorosa o no, es la que
nos hace comprender que estamos vivos y que podemos hacer algo con eso.
Y ahora sí, me convenzo que, sí todo eso me pasó, algún sentido tenía y
lo encuentro acá, en el contar que esta es mi vida, de allí salí, con mis historias
me formé, ella me hizo lo que soy, así, simplemente así, alegre y melancólica,
con ideas propias, con pensamientos propios. Así, sin importarme lo que piensen,
orgullosa de mi, orgullosa de lo que hice y fui, orgullosa de lo que hago y
soy.
Y libre y guarde a los que la traición intenta herir:
Si
existe algún dudoso “Código de convivencia” y es por siempre transgredido,
pediremos reivindicación de algunos de sus capítulos.
“El conocimiento de las
buenas costumbres”, generalmente, se
“alimenta” de “los aportes de la gente” y hoy, sufre ataques de anorexia.
Se “planta” un tábano en la “jugosa”
pantorrilla para llevar “su” sangre dejando el ardor de una “injusticia”.
El adolescente, cuenta y
protagoniza con insuperable excitación, cuanta violencia respira su cuerpo y su
alrededor.
Una vereda se siente
“humillada” hasta en sus áreas prohibidas, pues a pesar de tanto caminante de
día y noche se llena de fantasmas saltarines y basura.
El diálogo de las
personas supera a muchos ruidos, hay veces que se queda en los monosílabos
primarios y en los insultos que agravian como una “mancha escupida”.
Está la traición en plena
expansión, multiplicándose en cualquier estadística que recopile datos de los
quehaceres cotidianos.
“Esto” que se comete,
quebrantando con alevosía la lealtad y la confianza, quiere destruir hasta
convertir en escombros, el esfuerzo de cualquier conducta solidaria.
Con descarnada impudicia,
se suelta sin demoras -de repente- el “estoque” de la malicia para lastimar sin
remedio.
Sobre “el lecho del morbo”,
la encarnizada traición se dibuja como una mancha de sangre que padece de
inevitable atracción.
El engaño, próspero en
las mentes de las “ideas baratas”, se hace socio de los que creen que les
“salpica” muy seguido, la impunidad.
Una resaca abominable, tan
costosa de “enjuagar” y que nos golpea en donde no hay disculpas.
Cuestionará el
libre-pensador ¿Es un “sinceramiento de los tiempos de crisis”?
¿Donde estarán las mentes
más lucidas, visionarios profundos que nos orienten a lugares comunes, “de
tregua”, en el que la “la razón” coincida con la “esperanza”?
Pero cuando se ve por la
ventana pasar una melena que tiene tu ritmo, todos pueden prescindir un
instante del sol y hasta la vereda, olvida algunas ofensas.
Crecer en sueños puede ser
“Creer” pero cuando la realidad trae el olor de la deslealtad predispone a la
duda. Es “la prioridad” y debe ser confirmada.
Sin embargo, una y otra
vez, entre la maraña que opaca la luz, se mete la frescura de un manojo de
esperanzas, de un brillo que alimenta la ilusión, un mínimo caudal, de hilos de
vertientes que desembocan en lo que nos provee de más vida.
Una compleja forma en que
la naturaleza buscará sus propias soluciones a ese mecanismo insólito que nos
hace presuntuosos de llevar como ¿un trofeo? ¿un privilegio?
“La conciencia del hombre”,
lugar de virtuales sueños, ideas y fantasmales escenas, que convierten el
universo en el microcosmos de las sensaciones. “La conciencia del hombre” que
aprisiona todos los hechos y algunos de “ellos”, tienen sentido de culpa e
inducen a desarmar lo destructivo, hasta rescatar la ultima gota de aliento.
O ¿si no es así? ¿donde se
acomodará tanto pensamiento de mirar hacia el cielo y querer acercarse a otro?
Cuando la hambruna tenga
nuestra exclusiva motivación de buscar ser atenuada, cuando haya concordancia
en no lastimar “la vida de la tierra que amamanta”, estará “la conciencia del
hombre” sin más deuda, que preservar la alegría.
Octaedro
Un cruel juego de Amor
No quería discutir en el momento,
había ya terminado de hablar pero mis amigas insistían que debía saberlo. En
fin, les dije que las escucharía, pero sin darle mucho crédito a una verdad
insegura. Tengo un novio, que es muy galante por naturaleza, siempre le dije
que dejara de molestar a las chicas, por lo menos cuando estaba conmigo, nunca
dudé de su amor pero aquella mañana todo sería distinto. Escuché a mis amigas
decir que él llegaba muy temprano a clases, y se ponía a conversar con todas,
pero había un especial interés en una de ellas. Escuchaba con atención cuanto
me decían pero yo me negaba a creerlo. Sé que él es muy amiguero y de por sí
muy amable, pues podría confundirse eso, pero no, la confundida al final fui
yo. Me aferraba a la idea que ellas estaban celosas o que no lo querían, pues me enteré de muchas cosas que jamás
pasaron por mi mente enamorada, y tratando de sacar línea de todo aquello,
algunas resultaban verdades, entonces comencé a reflexionar en todo.
Siempre estaba muy atento a que
hora debía yo llegar a clases, por la mañana, y a que hora salía, pues pensé
que era por no dejarme sola. Ya no pude más, y aquel día llegué muy temprano, a
mi no me tocaba asistir, pero fui. Desde el segundo piso observé llegar su
carro y de ahí bajó una chica de cabellos largos, pensé que seria su hermana,
pues ella usa el cabello así, pero a medida que se acercaban a la puerta
principal, me di cuenta que era otra persona. Él muy contento, caminaba sin
importarle las miradas y las habladurías de los demás, poco le importaba que lo
vean con ella. ¡Que infeliz es! como podía presentarse así, como si nada, ahí
todos sabían que él era mi novio. No
pude con mi rabia y los seguí, llegué al salón amplio de talleres, y cuando
entré estaban ellos dos, ella muy tranquila aferrándose a su cuello y el
besándola.
En ese instante me contuve para
no llorar, pero no pude, mis lagrimas brotaban muy fácilmente, dejé mis cosas
en una mesa, tomé valor y me les acerqué. Él se quedó, no sé si sorprendido o
atrapado, y ella esbozaba una sonrisa maliciosa, mi única reacción fue darle
una bofetada en la cara, todos los que iban llegando se quedaron mudos, y ella
se quedó mirándome -en realidad, lo que ella haga no me importaba- era él a
quien yo quería. ¡Que desgracia! ¿Como pude haberme enamorado de alguien así,
tan vil? tomé valor y le dije:
-Sí nunca te importaron tus
padres, menos podría creer que tu
sintieras algo por mi, el amor no es cosa seria en tu vida pues tomaste como un
juego mi sueños e ilusiones y jugaste con cartas marcadas, pero en verdad ahora
comprendo que el destino nunca quiso que tu estuvieras a mi lado ¿como podía
creer que alguna vez yo te podría importar? ilusa de mi, cuantas veces me
dijeron que eres un jugador, que no te interesa perder solo ganar, tus engaños
y mentiras son parte de tu teatro, pues ahora yo te digo, sinceramente, que te
quedes con lo que ya has conseguido, porque no seré parte de tu colección.
Desde aquel día me prometí a mi
misma que jamás volvería a ser pieza de un juego donde solo los hombres, como
este cínico, se divierten con las ingenuas y creyéndolas tontas, ellos se hacen
ganadores. ¡Que estupido es! y ¡que cobarde! al final de todo siempre pierde el
que más juega, porque sus sentimientos jamás serán respetados y más aún, pues
pierde quien juega a trampear.
Elizabé
Camina sin guía
el que ella ama,
Ya no llora su ida.
Ya no recuerda su adiós.
Viste de pena la dicha,
pesa en su espalda la sombra,
ya no le nombra....
Cobija en sus ojos la imagen....
ya no la añora…
Terca la mente,
suspira su cuerpo
y no es deseo.
Se miente en sueños
que ya le olvidó.
Negarlo no hace más suave la vida
ni aliviana la soledad.
Por más que bese mil labios
Su piel llena de huellas
como arena, jamás se borrará,
tatuado en su vientre le tiene,
durmiendo en su alma, él está...
suspira plegarias al viento,
nadie lo regresará...
Más el vive en su estar
cotidiano,
aunque ella no sabe donde está.
¿Quien acuna su sueño ahora?
¿Quien le acaricia en la tempestad?
¿A quien le dirá mentiras?
¿Quien se las creerá?
Yvonne
De compras:
Llega mi madre de shopping. Por lo visto, papá no está para que haga el
sacrificio de escuchar acerca de las gangas y ofertas que ha conseguido, me
ofrezco yo a reemplazarlo.
-Fíjate Ignacio, que lindo marco de foto. Ahí voy a poner la foto de
Juan (¿otra foto más?) y mira el reloj despertador que le compré a mi amiga que
siempre llega tarde a su trabajo, baratísimo. (¿su amiga no tiene despertador
en su celular?)
Y este arreglo de flores para el centro de mesa, el otro ya está muy
antiguo (pero ¡sí tiene cinco meses!) y esta pijama para tu papá (padre que ha
jurado no volver al Perú) por que una pijama nunca está demás. Y estas
pantalonetas para Jazmín para el próximo invierno por que ahora en Estados
Unidos es verano ¿no son lindas? Y mira que lámpara hermosa de dormitorio de
bebé para el “baby shower” de la nieta de la vecina y este muñeco articulado
del hombre araña para Juan (¿otro muñeco más?).
Y compré productos chinos para Chifa para mandarle a tu hermano a
Estados Unidos (mamá: allá también hay barrio chino) y mira estos raspadores de
cáscara de limón (utilísimos).
Continuamos...una docena de toallitas para baño de visita a la que
piensa decorar con motivos navideños para "ahorrar" en regalos para
navidad y bolsas de regalo con motivos navideños que estaban baratísimas (¡como
no van a estar de oferta si estamos en Julioooo!)
Y una muñequita miniatura de Betty Boop que tanto le gustaba a tu
abuelita (¿acaso la va a mirar la abuelita muerta?) y estos dos adornos de
angelitos que a ti tanto te gustan (¿a mi me gustan los adornos de angelitos? ¿desde
cuando?)
Y por supuesto...ropita para las Barbies (claro, como las Barbies andan
tan escasas de ropa las pobres) y un set de zapatitos de Barbie que incluía
patines (con lo mucho que necesitan patines las Barbies) y también botas para
la nieve.
Y secadores de cocina con dibujos de girasoles para tu cuñada que le
encantan, (eso si es verdad) y cucharas de palo también para enviarle (como si
allá no existieran).
Hijo, no sabes como hemos caminado (ella y sus amigas) hemos terminado agotadísimas,
extenuadas, esto no puede ser, estoy envejeciendo, pero no sabes... encontré la
solución a mis problemas. Compré este libro de Deepak Chopra que enseña a adquirir
" Energía sin límites". ¡Plop!
Yoda
"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza."(A. Jauretche)
¿Será por eso que ya no se
escuchan los silencios?
¿Que desandar las madrugadas en
el suburbio tiene el sonido de “los bondis” que se llenan de caras recién
levantadas y se abarrotan de esperanzas?
¿Qué el destino que delatan esas
caras, llevan el ritmo que ponen a funcionar las obras en construcción y las fábricas?
Ahí están los supermercados chinos
que atestiguan lo que se come.
Ahí están los de la generación del “ni”
(adolescentes de “ni trabajo ni estudio”) sumergidos en “el paco o algo más”
que buscan seguir “la diaria, hacia la
nada”, entonces, aprovechan en el camino “el arrebato de cualquier moneda” con
demasiada impunidad.
Ahí están los chicos que van al colegio y ya
no llenan estadísticas que favorecen la deserción escolar y sus madres que
cumplen con la obligación de enviarlos revisados por un médico, pues sino lo
hacen, no tienen más acceso a lo que suma una comida diaria.
Ahí, puede ser que en el estómago
de unos cuantos se dibuje también -un poco más seguido- la sonrisa que trae un “puchero”.
Ahí bien cerca, se escuchan las
distintas tonadas del guaraní o la que tiene el boliviano o los peruanos, caras
bien definidas con los rasgos de la verdadera Suramérica. Colectividades que se
quedaron, que siguen viniendo y siguen poblando parte de todo ese caparazón
social que cubre el suburbio.
Ahí, ponen en marcha sus
automóviles “los remiseros” que ya saben que sus servicios están incorporados al consumo de una gran
mayoría.
Entonces ¿será alguna mínima
alegría que descubre aquello de que, “la política está a favor o en
contra de la gente”?
Tal vez, con menos audacia, arrebatándole
algunas pocas palabras al mito de Eva Duarte, se puede decir: “la
política que solo les devuelve lo que es de ellos”.
De todos los fuegos…
Yoda, que excelente texto el "De compras". Hay demasiada psicología contenida en tus líneas, imposible no sentirse identificado. Me encanta.
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