“El tableteo” constante y obsesivo de infinitos
“tipos” que dibuja sobre “el plano vertical iluminado”, es decir: sobre -nuestra
insuperable protagonista de los tiempos posmodernos- la pantalla, deja una
variada cantidad de pulsaciones que remite a “corazones delatores”. A
vibraciones extrañas que pretenden llevar música en las palabras. A eso, de intentar
traducir los encontrados sentimientos en algunos signos. A eso, de viajar al límite
exacto en el que empieza su vuelo “la imagineria”, siempre, acompañado de lo emotivo para impregnar en
cada uno de nosotros, el significado de ordenados caracteres.
“El tableteo”que, ahí va, subtitulando
en su precaria, en su limitada forma, la inventiva de algunas “criaturas” que
establecen su comunión más intima entre pensamientos. Ahí va, con el teclado
esparciendo su mundo de figuras o señales, que marcan un indicio primario en la
gráfica de nuestra “pizarra”. Entonces, lo virtual se acomoda para
desvirtuarnos.
Sí, aquí estamos, despojando de
prejuicios a los enunciados, únicamente, por querer acercarnos. Ejercitándonos
en el diálogo. Tratando de poblarnos de sensaciones que transmite “nuestro
interlocutor”. Cultivándonos de algo.
Los dedos inquietos, la palabra
precisa que se escurre, una metáfora insoluble y nuevamente, la pantalla que “nos
mira”. Viaja lo emotivo con la eficacia de trasladarse por las fibras ópticas,
la banda ancha que reclama su potencia y su alta fidelidad. Entonces, una sonrisa que sale disparada y
tiene un destinatario. Entonces, allí, se siente una mínima brisa, justo,
detrás de la oreja.
YVONNE.
LA MAGIA DEL CHAT…
Hace
poco leí que, “el espacio virtual es parte esencial de ese gran edificio que
llamamos soledad”.
Estas palabras describen bastante bien a
la virtualidad, que es “nuestro espacio
privado”, propio, donde podemos ser todo lo bueno o malo que queramos
protegidos por el anonimato.
Algo
muy común en “los adictos al chat” es acusarse mutuamente de serlo. Parece ser
una forma de proyectarse en los demás. El insulto más común en una sala de chat
es decir: “eres un chatero, no tienes vida propia”.
Todos
tenemos vida propia, nos guste esta o no, la tenemos. Pero… ¿por que preferimos
pasar horas en un chat?
¿Tal
vez, por que en la vida real somos inseguros y nos cuesta sociabilizar? o ¿por
que nos gusta el deporte de aventura?
En el chat, parecería, que las emociones son mas intensas, el odio llega
a límites que no llegaría en la vida real. El amor es más profundo y decimos
palabras que, tal vez, no pronunciaríamos frente a frente. Y ni que decir, de
la tristeza...el dolor que produce una decepción amorosa de chat, no tiene nada
de virtual, es bien, pero bien real.
Acá
buscamos compensaciones a nuestras carencias. Podemos presumir de ser
empresarios o exitosos profesionales, apuestos
galanes (con foto incluida) o bellas
damiselas hastiadas del asedio amoroso de la vida real, que vienen a buscar paz
y tranquilidad en el espacio virtual,
Sí
somos gordos, el “foto shop” nos devuelve la silueta soñada, o conseguimos la altura
deseada. Sí somos exitosos económicamente, tenemos brillantes empleos que, si
bien, nos permitirían hacer viajes a lugares paradisíacos, preferimos conectarnos
y entrar en una sala de chat a pasar seis u ocho horas conectados, conversando,
peleando o ligando.
Las
mujeres ni que decir, son ejecutivas, profesionales o empresarias, y excelentes
madres y amas de casa, Se dan tiempo
para escribir hermosos blogs y poemas y poder pasar varias horas en una sala de
chat, y por supuesto dormir sus ocho horas para mantener un rostro hermoso que
nunca muestran, por que para darse a conocer tienen fotos de tiempos mejores.
También,
“están” los poco originales, que se muestran tal como son y no son dueños de
ninguna empresa y se pasan el día trabajando como esclavos para cubrir los
gastos de fin de mes, o los que no
trabajan, por que no les da la gana y ni siquiera se dan el trabajo de
inventarse una ocupación, y para colmo de la poca iniciativa, ponen en su
ventana su propia foto.
Y
por último, están los sinceros, que
vienen con la mejor intención del mundo a pasar un rato agradable y aportar
algo que, generalmente, no pueden hacerlo por que los más diestros se apoderan
del “mic”.
Yoda
Yoda
Sabíamos de nuestro andar. Tatuadas en la piel, las espinas del camino hicieron estragos.
Los ojos cansados rogaban por la calma del llanto. La sonrisa pedía surgir a gritos, y el temblequeo de las manos, necesitaban de
ese elixir... para ser
bálsamo.
Como enredaderas nos envolvimos en palabras, las hicimos nuestras. Las repetíamos ¡tantas veces! auto-convenciéndonos de lo irreal, de lo no palpable. Necesitábamos soñar, creer, confundir lo real e irreal justo en ese punto casi
invisible en que se hace brumoso.
Supimos tejer la red y nos volvimos moscas. El
razonamiento no fue opción, los instintos y la necesidad de amor sucumbieron y
cedimos sin imaginar jamás lo que nos deparaba el destino.
Día a día, fuimos pintando colores
nuevos al arco iris. Nos sorprendíamos de coincidencias en los pensamientos,
compartíamos inquietudes, nos llenamos de proyectos. Castillos en el cielo
construimos, creyéndonos inmortales, intocables, únicos. Resurgíamos de
nuestros fracasos llenándonos de
esperanza, arquitectos al fin, de un mundo propio y perfecto.
Fuimos niños que chapotean en el
charco, fuimos aves que surcan el cielo ¡SOÑAMOS!
Pasaron dos primaveras, nos vestimos de
peces y recorrimos los mares, peleamos contra torbellinos de vientos, las
mareas se hicieron gigantes y aun así, no pudieron derrotarnos.
Todo era tan perfecto pero no contamos con el TIEMPO, cruel caballero
que reafirma o destruye. Llegaron con
las preguntas e inquietudes, la necesidad, al fin, del encuentro. La maldita
manía de la piel, el requisito sobre-poderoso de lo real. VERSE...
“Chatear” ya no era suficiente. Las llamadas
telefónicas se volvieron frustrantes. El ser reclamaba la esencia, el ESTAR. La magia que nos unió se volvía en
nuestra contra. Hicimos planes que luego sucumbieron ante excusas. Nos comíamos
el mundo y de repente, él, cayó como avalancha sobre nuestras vidas. Las
discrepancias, discusiones, malentendidos, comenzaron a brotar, no era más
que bronca y frustración de “no poder, aún
queriendo poder”.
Quisimos vivir aislados de la
realidad…y la realidad nos abofeteaba el rostro como a dos crios. Surgió el llanto,
la tristeza, un ir y venir de palabras, de disculpas, que solo entorpecieron aún
más el bendito y esperado ENCUENTRO.
Los dichos y desdichos fueron transformando las ganas
de estar, en mínimos momentos de charla. El teléfono fue enmudeciéndose de a
poco. Llegaba con esto último, el
titubeo, la duda, el
RAZONAMIENTO. Las olas se volvieron inmensas, no pudimos nadar contra ellas,
los torbellinos de vientos nos descascararon el alma, nos soltamos las manos,
nos disfrazamos con corazas de terquedad. Donde antes hubo ilusiones, ahora
persistía la CULPA...
Lo que nos unía...se convirtió de a
poco en el DISTANCIAMIENTO. Los sentires se encajonaron volviéndose mezcla de
soledad e impotencia, poemas inconclusos entre el DESPERTAR y el
CAMINAR en esta dura
existencia entre lo real y lo deseado.
Nos quedamos desnudos, con la
conciencia a pleno de no poder ser, simplemente nos convertimos en seres
humanos, rogando al fin en lastimeras plegarias... el OLVIDO.
A veces acudo a los recuerdos, en un abrazo entre el
tiempo y el pensamiento, suspiro aquellos sueños, añorando lo nunca tenido,
implorando al destino, en algún lugar del mundo, te sonrías al recordar mi
nombre.
Escribimos un capítulo en estas
historias de la vida con la mayor pureza imaginada, AMAMOS, con ese AMOR que nos sale de las entrañas y nos
convierte en seres sensibles y verdaderos, poseedores de esa extraña conexión
entre energía y espíritu, traspasando la pantalla de un ordenador, encontrando
sin buscar... un sentido a nuestra existencia, un consuelo a nuestra soledad,
una unión fraterna que nos impulse a seguir, en este arduo camino que nos
propone la vida.
INTENTAR...
CREER... SOÑAR... ILUSIONARNOS... AMAR... sea del modo que sea... de la manera
que se nos presente... siempre será... ¡VIVIR!
YVONNE.
Agradecemos la gentileza de una asidua concurrente a la sala de poesía 1, dentro de esta presentación está su último nick que la identifica