El poema inconcluso
Estoy seguro,
aquí está el poema
que se dispersa en el aire.
A veces, lo siento que se queda
pegado en mis gestos.
Tiende a entrar ansioso
en los suspiros,
y en la taza llena
de café, humeante,
quiere contagiarse
de estos arabescos.
Él, suele entibiar el
éter
de una calidez reconocida,
es porque también,
repasa los cuadros
fotográficos,
o se perfuma por dentro
con los utensilios de
cocina.
Es un poema que tropieza
en todos los sonidos cotidianos.
Gotea en las canillas mal cerradas,
o tintinea entre las botellas vacías.
Así, va moldeando su argumento
para retozar en las pasiones,
y cuando se enciende la luz,
ahí, supone la música de los colores.
Deshoja el árbol
de la vida constantemente.
El poema sabe viajar entre las
sombras,
o renace, cuando el sol entibia todas
las cosas.
Y fue debajo de alguna maceta
que encontré sus raíces
mojadas de letras.
estoy aprendiendo a descifrar
su mundo pequeño.
Él acostumbra a llevarse
los aromas para no
devolverlos.
Y fue que sus metáforas
sueltas,
se tejieron en los
abrigos del tiempo.
Según parece,
es el poema inconcluso,
que puede tener un destino aciago
-al fin, humilde propósito-
o solo el testimonio lucido,
de quien sufrió un último desgarro.
Perezcuper.