Un decir de la vida
¿Quien sabe
como se puede dejar de respirar y acercarse a lo que toca en la alegría sin
mediar con la sonrisa?
¿Quien sabe
como es el canto de las hojas que caen y pueden sobrevolar al fondo de lo bello?
Un decir de la vida
que te inunda,
va esparciendo
en la densidad del aire,
ese vapor que despilfarra feromonas.
Un surco en el éter
que arrastra los sueños,
es solo para saborear
en aquel territorio,
el perfume de lo agreste.
Un murmullo de
olas
que despierta
en la luz,
es solo para
contagiar
la minúscula
sorpresa
de la ingenua
incandescencia.
Un poema que dibuja la ternura
tiene tu rostro encendido,
y es solo para llevar al tacto
la forma de tus labios,
e imaginar en que lugar
se encuentra lo sublime.
De todos los fuegos…
Agradecemos la colaboración de Elizabeth_oro por la creación de este video, su musicalización, enunciado de texto y montaje de imágenes.
No te enamores de una mujer que lee, de
una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...
No te enamores de una mujer culta, maga,
delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa,
que sabe lo que sabe y además sabe volar, una mujer segura de si misma.
No te enamores de una mujer que se ríe o
llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne, y mucho menos
de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media
hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le
interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las
injusticias. Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota, y no le
guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella, sin importar las
características de su cara y de su cuerpo.
No te enamores de una mujer intensa,
lúdica y lúcida e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así.
Porque cuando te enamoras de una mujer
como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer
así, JAMAS se regresa.
Martha
Rivera Garrido